La primera gran ola de calor del verano de 2025 está provocando temperaturas récord: se acercan a los 42 °C en España y Portugal, mientras que en Italia, 21 ciudades están en alerta roja por calor extremo, desde Milán hasta Palermo. En Francia, 73 departamentos están en alerta naranja; en Marsella, las piscinas públicas son gratuitas para proteger a la población. Grecia está combatiendo incendios y la situación en el norte de Europa también es crítica.
El sector agrícola, ya sometido a meses de anomalías climáticas, también está pagando las consecuencias de esta nueva ola de calor. Las condiciones en los campos son dramáticas: la maduración de frutas y hortalizas se ha acelerado debido a las altas temperaturas, obligando a los productores a organizar las cosechas durante la noche o al amanecer para escapar del calor, según informa Coldiretti Puglia. El riesgo es real: perder cosechas enteras si los productos no se recolectan a tiempo o ver afectada la calidad de la producción. Además, el trabajo en los campos se realiza en condiciones cada vez más extremas, con temperaturas que en las horas centrales superan los límites tolerables.