El sector de los frutos rojos afrontaba una nueva campaña en 2023/24 plagada de incertidumbres y situaciones adversas, sobre todo, por una climatología imprevisible, con una sequía persistente y recortes en las dotaciones de riego al comenzar el año, sumado al mantenimiento de costes esenciales como la energía o los insumos. La superficie total plantada (11.243 hectáreas), además, se recortaba un 5%, marcada por las bajadas en fresa y, sobre todo, en frambuesa. Mientras, la extensión de mora subía y el arándano se mantenía.
A nivel de producción, según la información de la Junta de Andalucía, parte de la plantación de la fresa se postergó por factores meteorológicos, limitando el volumen comercializado hasta finales de enero. Y las olas de calor del verano retrasaron el crecimiento de las plantas de frambuesa, mermando el volumen de la cosecha de otoño.
Fuente: Revista Mercados