Actualidad nacional e internacional
Feb. 12, 2020
Chilealimentos y su contribución a la sustentabilidad en la industria de alimentos procesados
En las dos últimas décadas, la industria de alimentos se ha convertido en una de las principales fuentes del crecimiento económico del país.
En 2015, el sector se situó como la segunda fuerza exportadora, posicionando a Chile como potencia alimentaria en el mercado internacional.
Este importante hito representa hoy el 25% de las exportaciones totales con más de US$15 mil millones, el 14% del PIB y la generación de 1,4 millones de empleos. Con ventas aproximadas a los US$36 mil millones, el sector se ubica como la segunda actividad productiva del país. Las exportaciones de alimentos de Chile, tales como frutas congeladas, frutas y hortalizas deshidratadas y en conserva, jugos, pasta de tomates, entre otros, abastecen a 195 países y, con al menos 50 categorías de alimentos, posiciona a Chile entre los diez principales exportadores del mundo.
Dentro del gran sector elaborador de alimentos, el rubro de procesamiento es representado por la Asociación de Empresas de Alimentos de Chile -Chilealimentos-, una organización fundada en la década del 40, que congrega a 75 empresas socias en los rubros frutas y hortalizas congeladas, conservas, mermeladas, deshidratados, jugos y concentrados, galletas, confites y chocolates, incluso compañías de maquinaria, equipos y servicios relacionados con el sector.
Teniendo en la mira que sus empresas participan en los mercados más exigentes, con consumidores que demandan alimentos de alta calidad y elaborados de manera amigable con el medio ambiente y las comunidades, Chilealimentos ha logrado consolidarse como un actor clave en el desarrollo de una industria con altos estándares productivos y socioambientales.
Razón por la que el gremio fue identificado como uno de los 35 actores que contribuyen activamente a la economía circular en el país, según el primer estudio sobre esta temática del Ministerio del Medio Ambiente (“Mapeo de actores e impacto potencial de la economía circular en Chile”).
Este compromiso con la sustentabilidad del sector se ha reflejado en el impulso de tres Acuerdos de Producción Limpia. El primero, “APL de la Industria Procesadora de Frutas y Hortalizas”, fue firmado en 2005 con la adhesión de 19 empresas. El segundo, “APL Sector Industria de Alimentos Procesados”, se concretó en 2012 con la participación de 22 empresas y 35 plantas productivas, y el tercer APL suscrito en 2016 culminó con la certificación de 16 empresas y 25 instalaciones en diciembre pasado.
Los resultados en el marco de los APL han sido muy exitosos, destaca Carlos Descourvières, gerente de Desarrollo de Chilealimentos. En los últimos seis años se han logrado cifras de mejora muy relevantes: disminuciones del 30% en el indicador de consumo de agua y 45% en el de energía total (eléctrica y térmica), reemplazo del carbón como combustible y valorización del 97% de los residuos orgánicos (sólo el 3% va a relleno sanitario).
Descourvières señala que hace 15 años surgió el interés de desarrollar un trabajo asociativo cuando las empresas buscaban cumplir con la normativa de descarga de residuos industriales líquidos -RILES- a cursos de agua superficiales. “Es así -explica- como se diseñó el primer APL que incluyó temas relacionados con gestión hídrica, gestión energética, capacitación, entre otros. Esto permitió trabajar en forma asociativa e implementar fuertemente acciones al interior de los procesos, mejorando notablemente los indicadores de consumo de energía y agua, logrando disminuir en este último de 57 m3/ton producida a 20 m3/tonelada producida, con lo cual el monto de las inversiones en plantas de tratamiento disminuyó y, de paso, se logró el cumplimento normativo”.
Tras los dos primeros Acuerdos voluntarios, los socios de Chilealimentos han continuado trabajando en la incorporación de nuevos conceptos ambientales, que contribuyen a hacer frente a nuevos desafíos como el calentamiento global y aportan a la sostenibilidad del negocio y su competitividad, tales como mediciones y monitoreo de las huellas carbono y agua, implementación de energía solar fotovoltaica, valorización de residuos orgánicos y fortalecimiento de la relación con proveedores.
En este proceso, la coordinación público-privada ha sido esencial, sostiene Carlos Descourvières, al tiempo que califica como relevante el rol que cumple la ASCC como ente articulador: “Esto nos permite tener una relación fluida con otros servicios públicos que son parte del comité público-privado, instancia donde se monitorean los estados de avance de los APL, se toman acuerdos y se aclaran diferentes interpretaciones que pudiera tener algún tema en particular”.
Por otra parte, asegura que no conoce otra instancia de coordinación público-privada respaldada por Ley para abordar temas relacionados con sustentabilidad y añade que “la relación con la Agencia ha sido muy buena y deseo destacar el rol que han jugado las contrapartes, mujeres profesionales con las que me ha tocado interactuar”.
En relación con el tercer APL, el gerente de Desarrollo de Chilealimentos precisa que se han cumplido las expectativas del gremio, lo que se reflejó en las validaciones por parte de los servicios públicos y la certificación de las empresas el 12 de diciembre pasado.
Estamos evaluando iniciar una cuarta versión de APL, en la cual tenemos pensado continuar con el trabajo de Acuerdos anteriores, incorporando mejoras o haciendo algunas modificaciones y, de todas maneras, trabajar con mayor énfasis en temas de relaciones con la comunidad”, concluye.
Fuente: Agencia Chilena de Sustentabilidad y Cambio Climático/Febrero 2020