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Abr. 9, 2020Argentina: Comienza campaña de la frutilla bajo estrictas medidas de seguridad por brote de COVID-19
La campaña frutillera en la región de Coronda ha implementado un protocolo de prevención frente al coronavirus para el traslado, procesamiento e implantación de plantines, en colaboración con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y asesores privados. Las tareas de prevención se iniciaron dos semanas atrás con buena recepción entre los productores, aunque ralentizando los trabajos y acrecentando un poco más la incertidumbre sobre el negocio.
Se prevé que este será un año difícil para la frutilla, sobre todo por el cese de la actividad de restaurantes, hoteles o servicios de catering, que son los principales demandantes.
La ingeniera del INTA María del Huerto Sordo indicó que, además de las recomendaciones que se hacen para todas las actividades productivas, como el lavado de manos o no compartir elementos de uso diario, el protocolo implica la desinfección de envases y transportes en los que se trasladan los plantines (con una solución de agua e hipoclorito de sodio) a lo largo del trayecto, entre Chubut y Coronda, desde que se suben al camión, cada vez que ingresan a una provincia y hasta que se descargan en los viveros locales. Incluso cuando se separan para armar los atados.
Otro de los aspectos importantes del protocolo consiste en regular la afluencia de productores a los viveros para retirar los plantines. También se dispuso que, cuando los productores asistan a retirar la mercadería, no se bajen del vehículo y no lleven peones para cargar, tarea que hacen los viveros con personal propio. En esos sitios además se trabaja con barbijos y se desinfectan los calzados al ingresar a la cámara de frío.
En el campo la principal modificación fue reducir el personal para la implantación. “Tradicionalmente se trabaja con un tirador (persona que va depositando los plantines sobre el camellón) por cada dos plantadores; pero este año van uno y uno, surco por medio para mantener la distancia entre la gente”, explicó la ingeniera. Esto también implica más tiempo y, por lo tanto, un gasto extra para el productor “porque rinde menos la hora de trabajo”.
Por la combinación de estos tiempos extra en cada paso, la campaña se desarrolla con unos 10 días de retraso, lo que podría afectar la primicia.
Fuente: Diario el Litoral – Santa Fé-Argentina/8 de abril 2020
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