La temporada de berries de 2025 en Ucrania estuvo marcada por eventos climáticos adversos que afectaron la producción. Las frutillas sufrieron heladas primaverales severas que retrasaron su desarrollo y llevaron a que la primera cosecha se perdiera en muchos casos; sólo los productores con tecnologías avanzadas o protegidos lograron compensar pérdidas en temporadas posteriores. Las frambuesas enfrentaron una sequía que retrasó la cosecha entre dos y cuatro semanas y redujo la producción en campo abierto, aunque los precios se mantuvieron altos gracias a las variedades remontantes que prolongaron la venta hasta septiembre. Los arándanos también fueron afectados por heladas y temperaturas bajas durante la floración, con una baja en cosecha potencial y precios bajos en mercados mayoristas, pero la venta directa ayudó a pequeños productores a mantener rentabilidad.
Las pequeñas explotaciones que vendieron sus berries directamente a los consumidores fueron las que mejor se beneficiaron en este complejo escenario, ya que luego de la caída inicial de producción pudieron llegar al mercado con mayor rentabilidad. La volatilidad de precios y la limitada mano de obra son retos añadidos en una temporada condicionada por clima extremo y conflictos que influyen en la estabilidad productiva y comercial del sector. El impacto climático ha forzado a un manejo más cuidadoso de la cadena de valor, con énfasis en tecnología, diversificación de variedades y estrategias alternativas de comercialización para asegurar la sustentabilidad del mercado interno y exportador de berries en Ucrania.
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