Las nuevas directrices del Gobierno del Reino Unido para los alimentos comerciales destinados a bebés de hasta 36 meses buscan reducir el contenido de sal y azúcar, eliminar publicidad engañosa y erradicar productos con altos niveles de azúcar que no se puedan reformular. Estas pautas responden a una investigación que señala que el mercado está saturado con productos de baja calidad y mensajes engañosos, y prohiben el uso de edulcorantes. Algunas marcas cuestionan la aplicación de estas normas a productos específicos, mientras expertos advierten sobre la demonización de alimentos saludables como purés de frutas.
El gobierno está comprometido con proteger a las familias del marketing agresivo y erradicar afirmaciones engañosas que hacen parecer saludables a productos con alto contenido de azúcar. Aunque se ha advertido que estas regulaciones podrían complicar el consumo adecuado de frutas y verduras en niños pequeños, las pautas buscan enfrentar la elevada ingesta de azúcar en la infancia y la obesidad infantil, problemas confirmados por encuestas nacionales. El avance en la implementación será supervisado y reportado a partir de 2027, con el objetivo de mejorar la nutrición en la primera infancia y fomentar prácticas alimentarias más saludables.