Además de los efectos adversos de la sequía, que amenazan su rentabilidad y competitividad, la industria del tomate en Marruecos se enfrenta desde hace tiempo a un fenómeno preocupante: la escasez de mano de obra. Esta se está dirigiendo ahora a otro sector, el de los frutos rojos. Y, curiosamente, no son solo los trabajadores agrícolas los que se están reciclando.
Ser productor de tomate en Marruecos se ha convertido en una profesión arriesgada. Mucha gente se está reciclando, y eso es una realidad. Los productores de tomate se están orientando hacia otros cultivos más rentables, como las berries, en particular los arándanos y las frambuesas.