Esta prórroga era lo que se esperaba después de la última ronda de negociaciones entre EEUU y China, que tuvo lugar a finales de julio en Estocolmo, Suecia. Desde abril, ambos países están en una guerra comercial: Estados Unidos llegó a poner aranceles de hasta el 145 % a los productos chinos, y China respondió subiendo los suyos al 125% sobre lo que importa de EE.UU.
En mayo, en Ginebra, ambos acordaron bajar un poco esos aranceles (EEUU los bajó al 30% y China al 10%) y pactaron una tregua de 90 días que terminaba este 12 de agosto.
Para incentivar el combate al tráfico de fentanilo, Trump aplicó a los productos chinos un arancel del 10%, además del existente antes del 1 de enero. Añadió un 20% por los llamados aranceles «recíprocos» a principios de abril.