Brasil estableció un nuevo marco obligatorio de logística inversa para envases plásticos mediante el Decreto 12.688/2025, fijando metas estrictas de recolección, reciclaje y contenido posconsumo. La medida cambia por completo la gestión del packaging y eleva las exigencias ambientales para toda la cadena de alimentos y bebidas, que depende fuertemente de envases plásticos por razones de volumen y seguridad alimentaria.
Para la industria alimentaria, el decreto implica rediseñar envases para asegurar su reciclabilidad, incrementar el uso de plástico reciclado (PCR), garantizar trazabilidad, sumarse a sistemas formales de logística inversa y adaptar a proveedores y procesos a estándares más altos.





