Nueva Gales del Sur implementará nuevas normas nacionales de seguridad alimentaria que exigen a productores y procesadores primarios de bayas, hortalizas de hoja y melones contar con licencia y demostrar cumplimiento de estándares de inocuidad. Incluso quienes trabajen con menos de 2 hectáreas deberán notificar sus datos para quedar bajo supervisión oficial. El objetivo es fortalecer la trazabilidad y asegurar prácticas uniformes en toda la cadena productiva.
Las autoridades reconocerán certificaciones como Freshcare, SQF, Global GAP y BRCGS como evidencia de cumplimiento, pero aun así las empresas deberán obtener una licencia y validar sus sistemas de trazabilidad e inocuidad. Durante el primer año, el enfoque será educativo, con talleres, asesoría técnica y visitas a campo para acompañar la adopción de procedimientos más robustos.
Las empresas con buenas prácticas ya implementadas enfrentarán menores ajustes, mientras que otras deberán capacitar personal o actualizar sus protocolos para cumplir plenamente. El programa educativo comenzará en 2026 y busca elevar el control sanitario, mejorar la trazabilidad y reducir riesgos en productos frescos de alto consumo.
Ver noticia acá





