Medio Ambiente
May. 20, 2020
Un estudio revela el costo que significan los desperdicios alimenticios en la cadena de frío
Un nuevo estudio financiado por el Gobierno y el sector ha revelado que el desperdicio alimentario atribuible a los errores en la cadena de frío le cuesta a la economía australiana casi 4.000 millones de dólares en origen, y provoca emisiones de gases invernadero anuales prácticamente equivalentes a las de todos los automóviles de Queensland.
El estudio, el primer análisis en profundidad que se hace en Australia sobre el coste del desperdicio de alimentos por deficiencias en la cadena alimentaria de frío, fue llevado a cabo por Expert Group, con sede en Melbourne, para el Ministerio de Agricultura, Agua y Medio Ambiente, y Refrigerants Australia.
Australian Food Cold Chain Council (AFCCC), un grupo de defensa de la cadena de frío, ha considerado el informe como una llamada de atención, exigiendo una respuesta urgente de los Gobiernos y las empresas. El presidente de AFCCC, Mark Mitchell, dice que el estudio ha subrayado el sorprendente abuso del control de temperatura y procesos de manipulación de alimentos en los transportes refrigerados, en los muelles de carga y en las cámaras frigoríficas de todo el país.
«Es casi un crimen que una cuarta parte de la producción australiana de frutas y hortalizas nunca llegue a consumirse», asevera Mitchell. «Esta pérdida solo ya supone casi 2 millones de toneladas de alimentos que, de lo contrario, serían comestibles, valorados en 3.000 millones de dólares», continúa. «El desperdicio de carne y pescado en la cadena de frío le cuesta al país otros 90 millones de dólares, y las pérdidas de lácteos, un total de 70 millones de dólares».
El Gobierno de Australia se ha comprometido a recortar el desperdicio alimentario a la mitad para 2030 para combatir el hambre, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de agua, y aumentar la eficiencia de la economía. Mitchell dice que esta meta jamás se alcanzará a no ser que se hagan mejoras sustanciales en la manera de refrigerar los alimentos desde el campo o las instalaciones de producción hasta la mesa.
Los estudios de campo de la AFCCC han puesto de relieve los defectos críticos de la cadena de frío, y el grupo se ha embarcado en una campaña educativa para tratar de mejorar los estándares, incluso en los aspectos básicos de la medición de la temperatura con termómetros adecuadamente calibrados, y cómo colocar los palés de alimentos en un espacio refrigerado.
«Debemos trabajar de manera cooperativa en todo el sector y con el Gobierno para mejorar la eficiencia de la cadena de frío», señala Mitchell. «La mayoría de los problemas en la cadena de frío de los alimentos son provocados por los humanos. Ya existen tecnologías y procesos que reducirían de forma drástica las pérdidas de alimentos, pero no se conseguirá nada mientras los manipuladores de alimentos y los canales de distribución trabajen aislados y con hermetismo. Ellos son responsables del riesgo en la cadena de frío»,
Fuente: trailermag.com.au/18 de mayo 2020
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