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Dic. 26, 2013Rotulado de alimentos e información
EL PRIMER centenario de la Independencia encontró a Chile con una de las tasas de desnutrición infantil más altas del mundo. La mortalidad hacia 1910 bordeaba los 400 por cada mil niños nacidos. El esfuerzo de destacados médicos, académicos y autoridades permitió superar este problema, aplicando innovadoras políticas públicas. Probablemente esos promotores de la nutrición infantil nunca imaginaron que 100 años más tarde Chile se ubicaría en la vereda opuesta, como uno de los tres países con mayor prevalencia en sobrepeso infantil. Frente a ello, el Estado ha debido responder con políticas públicas que avancen en la promoción de una mejor alimentación, siendo la ley de rotulado de alimentos su más reciente expresión.
La iniciativa busca alertar a los consumidores sobre los riesgos asociados al ingerir determinados alimentos envasados, aunque la exclusión en el reglamento de algunos de alto consumo infantil, así como de aquellos que se venden en restaurantes o puestos en la vía pública constituye una señal confusa para los consumidores y hasta una competencia desleal para la industria.
Todo alimento consumido en exceso puede ser motivo de riesgo para la salud, tal como lo han planteado las propias empresas comercializadoras de estos productos, al sugerir en sus envases las dosis recomendables de consumo, como ocurre con el caso de los cereales. Tampoco las prohibiciones refrendadas por Contraloría a la publicidad en envases parecen del todo correctas, por cuanto se limita el derecho que tienen las empresas a promover y comunicar las ventajas de sus productos.
La información es fundamental para la adecuada toma de decisiones por parte de los consumidores. En ese sentido, la normativa entrega elementos adicionales de utilidad para el cliente. Sin embargo, no puede considerarse como pilar de una política de alimentación, materia en la cual juega un rol mucho más importante la educación de los consumidores.