2012
Jul. 24, 2012Probióticos y prebióticos Mucho más que nutrición
Un notable aporte en la industria de alimentos fue la innovadora idea de crear productos con una mayor concentración de componentes beneficiosos como los pre y probióticos, suficientemente alta como para estar presente en tan sólo un pequeño vaso de bebida láctea.
En los últimos años, la preocupación por alimentarse mejor ha tomado fuerza. Quizá porque muchos comienzan a entender, aunque sea a costa de enfermedades o cifras récord en obesidad infantil, que tener buena salud y mantenerla dependen en gran medida de la alimentación.
En el trabajo, el colegio o la casa, ya se manejan algunos conceptos nutricionales básicos y hay acuerdo en varios aspectos, como por ejemplo que consumir fibra es bueno, beber abundante agua es fundamental, y que se deben comer frutas y verduras evitando alimentos ricos en grasas saturadas, azúcar y sal.
A este consenso acerca de la importancia de la alimentación saludable, se ha agregado en los últimos años la masificación de productos con probióticos y prebióticos, que están dentro de los alimentos funcionales. Según el doctor Martín Gotteland, del Laboratorio de Microbiología y Probióticos del INTA, “el mercado de los productos probióticos es uno de los más dinámicos del rubro de los alimentos funcionales. En Chile, en la actualidad, 11 cepas probióticas están siendo comercializadas en alimentos, principalmente en productos lácteos y fórmulas y alimentos infantiles”. Sin duda, estos productos no son una moda, sino una tendencia y llegaron para quedarse. Por eso es bueno saber qué son, de dónde provienen y por qué son buenos para la salud.
Existe una gama de alimentos llamados funcionales, es decir, aquellos que están elaborados no sólo para satisfacer una necesidad de nutrición, sino que además para aportar a la salud de las personas. Dentro de éstos, los más difundidos son los alimentos que contienen probióticos y prebióticos.
La Organización Mundial de la Salud define a los probióticos como “microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo huésped”. Estos microorganismos vivos, aislados e identificados previamente en forma segura, son agregados como suplemento en la dieta, favoreciendo el desarrollo de la flora microbiana en el intestino.
Según el doctor Gotteland, “son microorganismos inocuos que se incorporan a los alimentos y que, una vez ingeridos, sobreviven en el tubo digestivo del consumidor, donde regulan la microbiota intestinal y ejercen efectos beneficiosos para su salud”.
Los prebióticos son componentes alimenticios no vivos, principalmente fibras dietéticas presentes en forma natural, por ejemplo, en los puerros y alcachofas. No son componentes digeribles de la dieta y están encargados de estimular el crecimiento o la actividad de uno o más tipos de bacterias benéficas en el colon. Al aislar y concentrar estos componentes y agregarlos a los alimentos, funcionan en este sentido como aliados de los probióticos.
¿Cómo funcionan?
Los probióticos, en palabras simples, son bacterias positivas para el organismo que, de hecho, se encuentran presentes en la alimentación diaria. Están en el yogur, leche y quesos. También en vegetales fermentados como aceitunas, chucrut, soya o cereales o en carnes y pescados fermentados. Incluso están en bebidas alcohólicas artesanales.
Muchos dirán “bueno, entonces basta con comer esos productos y listo”. Sin embargo, la concentración de probióticos, como por ejemplo, los lactobacilos presentes en estos alimentos, es muy baja como para tener efectos terapéuticos como aumento de las defensas o disminución de alergias. Para ejemplificar, los especialistas señalan que tendríamos que consumir al menos dos litros diarios de yogur para conseguir algún efecto médicamente deseado, por lo que estos lácteos como el yogur u otros pueden ser parte de una alimentación sana, sin duda, pero no tienen eficacia terapéutica.
La revolucionaria idea fue entonces crear productos alimenticios cuya concentración de microorganismos beneficiosos como los pre y probióticos, fuera lo suficientemente alta como para estar presente en tan sólo un pequeño vaso de bebida láctea (los lácteos son el mejor transporte para que estos microorganismos lleguen vivos al intestino y puedan cumplir su labor). De ahí, surgen las ya conocidas bebidas lácteas con lactobacilos, que buscan repoblar la flora intestinal para mejorar la salud con tan solo una pequeña dosis diaria.
Según la doctora Ana María Agar, especialista en Inmunología de la Clínica Alemana de Santiago, “hay varias bebidas lácteas que tienen cepas (de probióticos) que generan inmunidad como los del tipo lactobacilus, y hay preparados farmacológicos que también tienen cepas que estimulan la inmunidad”.
Los beneficios de consumir alimentos ricos en probióticos es un tema ampliamente estudiado a nivel mundial. En el informe de la consulta de Expertos FAO/OMS, se afirma que “estos probióticos pueden desempeñar un importante papel en las funciones inmunitaria, digestiva y respiratoria y podrían contribuir de forma significativa a aliviar las enfermedades infecciosas en los niños”. En este sentido, la doctora Agar señala que “el consumo de estos productos es recomendable para todas las edades, ayuda mucho a adultos mayores y a pacientes en crecimiento o también a personas que tienen infecciones recurrentes. Los prebióticos, en acción conjunta con los probióticos, favorecen la inmunidad y son los encargados de restablecer la flora intestinal”. Agrega que basta con consumir estos productos una vez al día para obtener resultados benéficos y hace hincapié en la necesidad de consultar siempre el tipo de producto a consumir con su médico de cabecera.
Alimentación infantil
Según el pediatra doctor Pedro Barreda “cuando nacemos, el tracto gastrointestinal es estéril, pero poco después se instala de forma permanente un complejo conjunto de aproximadamente 400 a 500 tipos diferentes de microorganismos que trabajan en armonía para el mantenimiento de la salud. Son especies bacterianas y levaduras. Se produce una colonización gradual y secuencial durante la etapa infantil hasta llegar a la edad adulta”.
Barreda explica en su sitio web de pediatría que una vez que esa microflora se ha instalado desde la niñez, “puede verse afectada negativamente por factores como el consumo de alimentos muy refinados pobres en fibra, los tratamientos antibióticos y el estrés. La micro-flora desempeña un papel relevante en la protección frente a la invasión por gérmenes patógenos y en el mantenimiento de las funciones fisiológicas del intestino”. Por todas ello, es recomendable la introducción en la dieta de “alimentos prebióticos y probióticos, considerados funcionales, porque son capaces de modificar la flora intestinal, entre otros efectos saludables. De esta forma, a la vez, se produce un efecto beneficioso sobre el sistema inmune, que nos permite prevenir distintas enfermedades”.
Incluso, para algunos expertos la clave de la salud reside en el funcionamiento del intestino, hasta el punto que lo consideran algo así como las raíces del árbol llamado salud. Y es que el intestino no es un simple órgano de absorción. Es el elemento más relevante para la actividad del sistema inmune y los mecanismos de protección inespecífica, ya que es en él, precisamente, donde son más activos. Sus células inmunocompetentes reconocen los agentes patógenos y activan la producción de los glóbulos blancos de defensa o linfocitos que, a su vez, segregan anticuerpos inespecíficos defensores de la salud.
Recuadro :
Ideales para los niños
Si bien los productos con probióticos son recomendables en la alimentación de personas de cualquier edad, hay consenso en la importancia de proveer una buena alimentación a los niños.
En este contexto, Nestlé incorporó probióticos en sus productos con el lanzamiento de Chamyto el año 2000. Desde ese entonces, los productos con probióticos comenzaron a masificarse con fuerza en el mercado nacional. A este producto, se suman luego Leche Nido, Fórmulas y Cereales infantiles.
Según informa Catalina Estay, product manager de Chamyto, las cepas utilizadas en Nestlé son inocuas y agrega que “es importante siempre seguir las recomendaciones indicadas por el fabricante en su etiqueta, además de las recomendaciones del pediatra en el consumo de cualquier producto para niños’.
Además, señala que estos productos son especiales para niños, “porque el consumo de leche o derivados lácteos con estos cultivos o bacilos vivos contribuye a mantener el equilibrio de la flora intestinal y/o regular el tránsito intestinal y puede contribuir a estimular el sistema inmune”.
Valioso aporte
– Mejoran la defensa contra la invasión de otros microorganismos (enfermedades).
– Pueblan la flora intestinal, que puede verse alterada por el consumo de antibióticos y otros agentes.
– Estimulan la respuesta inmune por varias vías.
– Disminuyen los síntomas de alergias.
“Los prebióticos, la acción conjunta con los probióticos, favorecen la inmunidad y son los encargados de restablecer la flora intestinal” Dra. Ana María Agar, inmunóloga Clínica Alemana Santiago.
Fuente: La Tercera, 24 de julio de 2012