Jugos, bebidas, vinos y licores
Mar. 25, 2013Perú pavimenta el camino a los cítricos
Actualmente es el cuarto productor de cítricos del hemisferio, pero está muy abajo en exportaciones, lo que quieren revertir. Para ello invierten en tecnología, nuevas variedades y planifican los huertos pensando en las necesidades futuras.
Patricia Vildósola E.
Desde hace ya un par de años que Perú crece con fuerza como exportador agroalimentario global. Lo que viven hoy es el resultado de una iniciativa gubernamental que partió a mediados de los 90, cuando se decidió que el país debía apostar con más fuerza por colocar sus productos en los mercados internacionales. A partir de ahí se identificaron una serie de sectores con potencial y el gobierno comenzó a trabajar en agrupar a productores, asociaciones y consorcios de exportadores para buscar las sinergias entre ellos que les permitirían crecer. Con los años, fueron decantando algunos sectores y hoy espárragos, uvas, paltas, mangos y cítricos lideran la agroexportación peruana.
Así, mientras con espárragos ya son los primeros del mundo, con los cítricos, a nivel productivo, en la actualidad son el cuarto productor del hemisferio, detrás de Brasil, Sudáfrica y Argentina. Sin embargo, como exportador están a la cola, superados por Chile, Uruguay y Australia.
“Esto es porque el mercado interno consume un gran volumen, lo que significa que es menor lo que queda para la exportación”, explica Sergio del Castillo, presidente de la Asociación de Productores de Cítricos de ese país, quien visitó recientemente Chile. Sin embargo, están trabajando para que eso cambie, pero lo van haciendo con calma y pensando en las condiciones que enfrentarán en los próximos años.
“Los planes a mediano y a largo plazo son seguir creciendo ordenadamente en plantaciones de frutales. No queremos crear muchas expectativas porque para establecer una plantación hay que planificarse bien. No basta con plantar, sino que antes hay que tener claro cuál es la variedad que mejor funciona en la zona donde se instalará; cuáles son los mercados a los que se quiere apuntar y si ellos tienen holgura para esa variedad o si están saturados. En esto hay que ir con pies de plomo”, plantea Del Castillo.
El especialista reconoce que la posibilidad de crecer en superficie en Perú es reducida.
“La disponibilidad de espacios es menor, por lo que hay pocas posibilidades de crecer salvo en zonas en donde hay grandes proyectos de irrigación. Sin embargo, en esas áreas el clima no siempre es el adecuado. Es lo que, por ejemplo, pasa con el último gran proyecto de riego, Los Olmos, en el norte, es una zona muy caliente para los cítricos, al menos para las variedades que se utilizan en Perú”, dice.
Las principales regiones productoras están en la costa peruana, donde no llueve.
“Se trata de zonas donde el promedio de lluvias es de 14 mm al año. En ellas es imposible pensar en hacer cítricos si no tienes riego tecnificado”.
Ante la imposibilidad de crecer mucho con superficie, la apuesta de los peruanos es hacer crecer las cosechas.
“A diferencia de lo que ocurre con las plantaciones, en donde sí hay posibilidad de crecer es en productividad. Aquí lo que se está buscando es mejorar las técnicas de cultivo, que se tecnifique más el campo, para que de esta forma se incremente el volumen. Esto se complementa siempre pensando en la calidad, es decir, que el productor junto con aumentar sus resultados lo haga en calidad”, resalta.
Hasta ahora los peruanos vienen trabajando la producción similar a como se hace en Chile en cítricos y paltos. Del Castillo explica que en general se planta con el distanciamiento normal, aunque hay productores que se juegan por una producción más intensiva. Sin embargo, hay una tendencia a plantar de cara al futuro, o sea, dejando espacios para poder meter máquinas a hacer parte de las labores.
“Antes se pensaba usar menor distancia entre filas, hoy la media es seis metros. Hay gente que en el pasado plantó a menos, pero antiguamente la mano de obra era muy barata, pero en Perú ha subido mucho y uno tiene que pensar que una plantación es a 20 años. Entonces, hay que saber que en algún momento hay que entrar a mecanizar. Y si no se tiene la calle para ingresar, no se va a poder”, comenta el experto peruano.
De hecho, el impacto del desarrollo agrícola que vive Perú ya se está sintiendo precisamente en el tema de lo que gana un trabajador.
“En el Perú el jornal diario está en torno a los US$ 15. Sin embargo, en las zonas donde hay mucha producción agrícola para la exportación no encuentras por menos de US$ 20 y US$ 25 el jornal. Ha subido mucho el tema”, explica.
Desde el punto de vista laboral resalta que uno de los déficits de Perú es el de mano de obra calificada.
“La capacidad que tienen los institutos y las universidades de formar especialistas en estos temas es más lenta que el crecimiento de la industria; por lo tanto, nos hemos tenido que nutrir de especialistas de fuera para poder avanzar y mantener ese ritmo”, cuenta.
La mirada de futuro con que están trabajando los peruanos también queda clara tras la visita del representante de ProCitrus a Chile: Vino a un entrenamiento del Aphis (equivalente al SAG de EE.UU.) para enviar cítricos a través de buques cámaras. Es una manera complementaria de sacar fruta de origen. Y en algún momento, por el crecimiento que estamos proyectando, va a ser necesario en Perú tener también esa alternativa para exportar. Queremos estar preparados para eso”, comenta.
Buscando variedades
Actualmente, la naranja de jugo es líder en la producción de cítricos. Se da en todo el Perú, aunque se concentra en la selva central, donde hay cerca de 25 mil ha de Valencia que entregan del orden de 380 mil toneladas. De ellas se exportan sólo 7 mil toneladas. La principal exportación de cítricos es de mandarinas, que representan el 88% del total. La variedad que manda en ese país es la Murcott y la W Murcott.
El de las variedades es uno de los aspectos tecnológicos en los que están invirtiendo.
“El tema de nuevas variedades es fundamental para concretar nuestros objetivo y para esta visión de crecimiento del Perú. Por esto hace tres o cuatro años se están trayendo nuevas variedades, pero están en ese proceso. Hay que considerar que establecer o difundir una nueva variedad toma mucho tiempo. Primero hay que traerla y cumplir la cuarentena oficial, que son dos o tres años. Luego son cerca de cuatro años para determinar cómo funciona y si es atractiva para una zona en particular”.
Los avances en este tema serán presentados en un seminario internacional, el 23 y 24 de abril en Lima, donde se expondrá sobre toda la información de la industria peruana y del mundo.
Del Castillo enfatiza que en Perú, pensar en la exportación es pensar también en el mercado interno.
“En cítricos, a diferencia de muchas otras frutas y verduras, la media que se pueda exportar es el 60% de lo que se produce. El otro 40% no es viable para exportación por un tema estético. Es decir, se necesita de un mercado interno que compre ese porcentaje”, dice.
Y no se trata de un problema de mala calidad. Lo que ocurre, en parte, es que el cítrico está lleno de células aceitosas, por lo que cualquier golpe las rompe, lo que luego genera lo que se denomina oleocelosis o esas manchas oscuras.
Es por esto mismo que es poco probable que en la cosecha de los cítricos enfocados a la exportación en fresco se pueda utilizar la cosecha mecanizada, pues esta generaría una mayor pérdida de calidad y el descenso del volumen exportable.
Otro de los problemas que tienen en Perú es el costo creciente de la mano de obra.
Perú y Chile
Perú, al igual que Chile, tiene TLC y autorización de ingreso con sus cítricos a Estados Unidos. Del Castillo no ve que en este tema haya un problema de competencia.
“Con Chile somos complementarios. Chile tiene una acotada área citrícola, además estamos en zonas distintas de producción. Por ello somos complementarios en muchas variedades, aunque en Chile también se vienen probando nuevas. Son más competitivos en limones y naranjas de mesa y, por lo que he visto, están apostando en esos nuevos productos. La mandarina también es importante, pero están más diversificados”, comenta.
De hecho, en clementinas y mandarinas Perú aparece en julio y Chile en agosto, lo que daría una mayor presencia del producto en los estantes norteamericanos, lo que es considerado positivo porque significa la posibilidad de aumentar la demanda.
Incluso hay algunos casos de empresarios chilenos que, en sociedad con empresas peruanas, están produciendo mandarinas allá.
7 mil ha y 140 productores, que representan a cerca del 90% del volumen de cítricos del Perú, forman ProCitrus.