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Jul. 22, 2011La re-inversión de Carozzi
La firma alimentaria, que factura unos US$ 1.000 millones al año, está concretando el más ambicioso plan de inversiones de su historia por un total de US$ 300 millones. Ésta es la carta de navegación que impulsa el gerente general, José Juan Llugany, en sus distintas áreas de negocio.
Con unas dos décadas de trayectoria en la empresa, José Juan Llugany no sólo sabe de lo que habla cuando perfila la misión de Carozzi y sus definiciones estratégicas de mediano y largo plazo, sino que también lo hace cuando detalla los aspectos microscópicos de la gestión diaria de la compañía, una que por su envergadura se cuenta entre las más grandes del país.
Sin dudarlo, y mientras a pocos metros de su despacho se percibe el febril ritmo de reconstrucción de la planta de pastas que se incendió hace un año en Nos, Llugany enfatiza que el plan trazado para el trienio 2011-2013 “busca convertirnos en la empresa chilena más respetada y valorada en América Latina en todo lo que tiene que ver con consumo masivo”.
Y al parecer a eso están abocados a full, ya que, como nunca, la empresa se encuentra ejecutando un plan de inversiones histórico por US$ 300 millones para este y el próximo año, recursos que no sólo le permitirá tener en operaciones una renovada planta de pastas 2.0, sino que además abarcar nuevos nichos de negocios en el área agroindustrial y multiplicar las capacidades instaladas de otras áreas y expandir su ya colosal centro de distribución, que hoy ocupa 42.000 metros cuadrados.
Ser primero o segundo
Para Llugany todos estos flancos suponen un trabajo de sintonía fina de modo que las piezas ensamblen en el día a día y además se proyecten al objetivo macro. En eso, dice, ayudan algunas definiciones prácticas como querer ser siempre el actor número uno o número dos en los negocios en que están presentes.
¿Por qué?, le preguntamos. “Simple, porque la única manera de proyectarse en el tiempo es teniendo una marca fuerte y una posición firme, ya que lo que no nos inspira es competir por precio”.
Y en donde no se da esa premisa, añade, como es el caso de su área agroindustrial, que es un negocio de márgenes estrechos, de alguna manera equivalente a uno de commodities, “nuestra estrategia es tener instalaciones modernas, posiciones de mercado relevantes y procesos muy calibrados para ser súper eficientes en costos de producción”, dice.
Llugany repasa una por una las áreas de negocios en que están y dice que en todas cumplen con esas máximas. “Esa vocación queda demostrada, por ejemplo, en lo que hemos hecho en el rubro de los cereales para desayunos, donde hoy operamos con las marcas Costa y Gran Cereal. Nosotros compramos la operación de la Molinera San Cristóbal (Selecta, Miraflores, Mont Blanc, Torta Lista, Loncomilla) hace cinco años, entre otras cosas para aprovechar lo que estaban comenzando a hacer en el rubro de cereales para el desayuno, donde tenían un 4,5% de participación de mercado y eran el cuarto actor. Nosotros adquirimos la operación y nos dimos un plazo para ser más importantes… Hoy claramente somos el segundo actor del mercado”.
Un salto similar al segundo lugar del mercado les permitió la compra de la Molinera en el rubro del arroz, al fortalecer los que entonces eran sus primeros pasos en el área, cosa, además, muy en sintonía con la vocación de negocios de los socios sudafricanos de Carozzi, Tiger Brands.
Frente a la pregunta de si esa ambición en materia de ranking traspasa las fronteras, el gerente general de Carozzi dice que sí, y recuerda que ya son actores de primer nivel en los dos mercados regionales relevantes donde operan: Perú, con Molitalia, una empresa muy similar a Carozzi Chile, diversificada, con instalaciones industriales propias y un nivel de ventas en torno a los US$ 200 millones; y en Argentina, donde tienen una operación de confites muy fuerte en asociación con Molinos de La Plata.
Hoy, dice, están abiertos a explorar nuevas oportunidades internacionales, las que tendrían necesariamente que pasar por adquisiciones. Con todo, a renglón seguido añade que hoy no están en nada concreto. Admite que Colombia es un mercado imposible de descartar, pero advierte que como hay mucho interés en esa nación, los costos de ingreso vía adquisiciones están altos.
Fuerte apuesta agroindustrial
Si bien Carozzi se define como una empresa de marcas, la compañía tiene una operación agroindustrial que no tiene que ver mucho con marcas, pero que de todas formas están potenciando con energía, porque cumple un rol clave en el modelo de negocios macro que están desarrollando. “Estamos fortaleciendo nuestra presencia en esta área porque creemos que Chile es una potencia agroalimentaria y porque al exportar una importante proporción de esta producción, ello nos permite equilibrar el negocio en una relación 50/50 en materia de monedas”.
Esta área de negocios está bajo el paraguas de Agrozzi, unidad que partió fabricando pastas de tomates, y que hoy está bastante más diversificada, con la producción de pulpa de frutas y, pronto, de jugos congelados de frutas. “Es la planta de pasta de tomates más grande del hemisferio sur y es el exportador número uno mundial de pulpa de fruta mediterránea, como el duraznos, y lejos el mayor exportador de Chile en esos productos”, se enorgullece Llugany.
Y apostando justamente a esa área es que están comenzando a implementar un nuevo rubro de negocios, el de los jugos concentrados de manzanas, que se venden congelados. “Estamos levantando una planta al lado de la que está hoy en Teno, con una inversión de US$ 53 millones. Este es un proyecto que, si todo va bien en materia de permisos, debería estar partiendo en febrero de 2012, de la mano con la temporada de la manzana. Los planos ya están, la compra de equipos ya se hizo y está todo dispuesto para partir en la temporada que viene”, precisa Llugany.
Para dimensionar la importancia estratégica de esta inversión, el ejecutivo explica que hoy Agrozzi es del orden de un 15% de la operación total (una facturación de US$ 150 millones), y con esta nueva operación el área llegará a representar cerca de un 20%.
En la misma área agroindustrial hay otra relativamente importante, que les interesa y que es la de fruta congelada y los deshidratados. “Hasta el momento creemos que son áreas naturales de crecimiento, porque al tener toda la logística de la recolección, el conocimiento de los mercados de la fruta, esas expansiones hacen sentido”, añade.
Llugany aporta algunos datos para dimensionar el peso de la empresa en Chile: dice que de la manzana que queda en el país, cerca del 50% es procesada por ellos y que a nivel de hectáreas contratadas (ya que no tienen predios propios al inicio de la cadena), son la firma que más hectáreas agrícolas contrata a nivel nacional, con unas 80.000 hectáreas entre trigo, avena, tomate, fruta, arroz, cuadruplicando, por ejemplo, a Iansa.
Pero no sólo son importantes en volumen, también creen ser actores de importancia por la calidad de sus clientes, donde se cuentan Coca-Cola, Gerber, Nestlé, Pepsico y McDonald’s, entre otros, todos de primera línea, lo que les ha permitido introducir tempranamente altos estándares de calidad.
Recuadro :
El negocio dulce (golosinas, chocolates, snacks, galletas) representa más del 50% de la operación de Carozzi.
Las pastas en torno al 20% y el área agroindustrial también llegaría a representar, pronto, un 20%.
NEGOCIO CON ESPALDAS
Carozzi, ya lo dijimos, está desarrollando un plan record de inversiones. La reconstrucción de la planta de pastas en Nos, que avanza a pasos vertiginosos, la construcción de la planta de jugos de manzana en Teno, la ampliación del resto de las instalaciones agroindustriales con una inversión de US$ 10 millones, la expansión del centro de distribución en un 40% de su actual capacidad instalada, el traslado a Nos de la planta de cereales, la expansión de las operaciones de galletería… En fin, un sinnúmero de proyectos son los que tienen en marcha.
Y como es obvio, la pregunta de cajón es cómo están financiando tanta maravilla. “Todo ha sido sin necesidad de emitir acciones ni endeudamiento, sino que con la generación de recursos propios, los que superan los US$ 120 millones al año. No hemos hecho adquisiciones en el último tiempo, de modo que entre esa capacidad de generación de recursos y la de endeudamiento que existe (ya que tenemos indicadores muy razonables), tenemos todo financiado”, dice.
¿Y no piensan emitir acciones?, le preguntamos. “Es una opción que siempre es válida —dice Llugany- pero tendría que haber un proyecto relevante que lo justificara. Incluso estamos en condiciones de hacernos cargos de adquisiciones de US$ 100 millones con nuestra capacidad interna’:
DE PRECIO Y CONSUMIDORES
Casi en el plano de la anécdota, Llugany cuenta que una de las cosas curiosas que ha podido observar en el último tiempo es que el consumo de dulces y chocolates es más inelástico de lo que se podría pensar a precios de crisis. Apunta que en la última crisis y no obstante que en los últimos meses los precios de las materias primas se han disparado, el consumo se ha mantenido robusto.
Con todo, apunta que el tema de los precios de las materias primas es un tema de alcances impensados. Dice que el cacao, por ejemplo, está sobre US$ 3.000 la tonelada, cuando hace no mucho los cálculos internos se hacían a US$ 1.100 o US$ 1.200; que el trigo que se usa para las pastas siempre se calculaba a US$ 180 y hoy está a US$ 600 y que fenómenos similares ocurren con el azúcar y muchos otros insumos clave.
“Como eso no se puede llevar a precio en forma integral, hemos tenido que sacrificar márgenes y apretar costos”, dice Llugany, aunque a renglón seguido añade que a su juicio los precios se estabilizarán al doble de lo de antes, y no en los niveles actuales (que triplican y hasta quintuplican los valores base) ya que esos guarismo no guardan relación con la mayor demanda y ni con situaciones climáticas, de modo que parte del alza se explica por inversiones especulativas en commodities.