Productos del Mar
Jun. 24, 2011Industria del ostión en Tongoy vive repunte tras maremoto de Japón
Destrucción de campos de cultivo en ese país y daños de algunas productoras en Perú han elevado el precio.
El 11 de marzo pasado parte de Japón quedó en el suelo tras sufrir un terremoto y posterior maremoto. Y cuando la ola llegó a Chile también generó una catástrofe para la localidad de Tongoy: la fuerza del océano arrasó con los centros de cultivo de ostión, la principal actividad económica de la caleta, donde viven unas ocho mil personas y el 90% vive del mar.
Los pescadores y empresas estimaron las pérdidas en US$ 6 millones, pues el oleaje destruyó el 80% de las long lines , estructuras acuáticas donde se cuelgan las jaulas en que crecen los ostiones. Además, murió gran parte de las semillas y la producción en crecimiento también fue mermada.
Pero el maremoto sólo acrecentó una crisis que se arrastraba desde 2009, cuando el precio del molusco comenzó a bajar considerablemente debido a la competencia del mercado peruano.
Si en 2006 el kilo de ostiones se exportaba a poco más de US$ 15, en 2010 llegó a transarse a US$ 8. “Si baja de US$ 12 no es rentable”, explica Gonzalo Alcalde, gerente de Loanco, la única firma que siguió operando -junto a Invertec Ostimar- tras la crisis.
Sin embargo, con el paso de los meses la catástrofe japonesa se convirtió en el salvavidas tongoyino. La destrucción de centros de cultivo en ese país, y también en Perú, elevó el precio a niveles históricos. A ello se suma que el propio Japón ha debido comprar alimentos por los problemas con la radiactividad emanada de la central de Fukushima.
“Lamentablemente es así. La desgracia de algunos nos ha servido a nosotros. El kilo está a US$ 20, cuando antes, en el mejor momento, llegó a estar entre US$ 15 y US$ 16”, señala Leonardo Carvajal, presidente del gremio de pescadores y buzos de la localidad.
Empresarios y pescadores ven la actual situación como la mejor oportunidad que han tenido desde que a mediados de la década de 1980 el molusco fue introducido a la caleta. “El pueblo tiene las potencialidades de crecer y ser enfocado a la actividad acuícola de ostiones, abalones y algas. Es el momento de desarrollarlo. Ello porque los precios de los mercados y la industria alimentaria van en aumento”, asegura Hans Schurter, gerente zonal de Invertec Ostimar.
“No hemos despedido a nadie, incluso hemos contratado gente adicional, porque estamos muy confiados que vamos a recuperar el cultivo”, reconoce Gonzalo Alcalde.
El kilo del molusco está a US$ 20, contra los US$ 16 que llegó a estar en su mejor momento.