Innovación, Investigación y Salud
Feb. 23, 2021Científicos australianos recomiendan la agricultura celular basada en microalgas para la innovación de alimentos funcionales
En un mundo con una cantidad creciente de bocas que alimentar y en el que hay una cantidad limitada de recursos naturales, la carne como alimento será cada vez más costosa.
Algunos científicos miran hacia recursos apenas explotados y comienzan a idear maneras de aprovecharlos para producir un sustituto de la carne con un aporte proteico comparable al de esta.
La agricultura basada en microalgas marinas es una nueva y prometedora forma de producir de forma sostenible «carne» de origen vegetal y otros «superalimentos» saludables para el futuro.
El equipo de Wei Zhang, director del Centro para el Desarrollo de Bioproductos Marinos (CMBD) adscrito a la Universidad Flinders en Australia, está reaccionando al creciente interés de los consumidores que buscan alternativas más saludables, ecológicas, sostenibles y éticas a las proteínas animales.
Las microalgas marinas, organismos fotosintéticos unicelulares procedentes del océano, podrían ser la solución a la escasez mundial de proteínas cárnicas.
Con esta prometedora posibilidad en mente, Zhang y sus colaboradores trabajan en identificar todo lo que será necesario para poner en pie esa nueva economía de la «carne» de algas, desde el cultivo de microalgas y la biomanufactura circular avanzada hasta el desarrollo de alimentos funcionales de alto valor.
Las microalgas presentan una amplia gama de perfiles nutricionales y Zhang argumenta que pueden desarrollarse estrategias de cultivo avanzadas para ajustar las microalgas y producir tipos de ellas con predominio de proteínas, aceites o carbohidratos que puedan procesarse para obtener una amplia gama de alimentos, como hamburguesas, chips, pastas, mermeladas e incluso caviar.
Dos productos de microalgas de agua dulce que se comercializan actualmente son las variedades de Chlorella y Spirulina, de alto contenido proteico, que se utilizan en la producción de alimentos como la pasta verde, algunas bebidas y algunos refrescos.
Las especies marinas revisten un gran interés, ya que no requieren agua dulce, que en bastantes partes del mundo es escasa, ni tampoco robarle tierras de cultivo a la agricultura tradicional.
Los biorreactores para la producción acuática a escala industrial de microalgas fotosintéticas también pueden ayudar a combatir las emisiones de gases con efecto invernadero y el cambio climático global resultante. Una unidad de este tipo de biorreactor, con un tamaño de de 90 x 90 x 210 cm puede absorber hasta 400 veces más dióxido de carbono que el mismo espacio ocupado por árboles.
Utilizando la luz solar, ciertas variedades de microalgas producen oxígeno y convierten el dióxido de carbono en carbono orgánico (proteínas, carbohidratos, pigmentos, grasas y fibras), al igual que las plantas, pero a diferencia de estas, sin requerir tierras de cultivo.
Esto significa que las microalgas pueden cultivarse y cosecharse cíclicamente de forma sostenible y convertirse en una eficaz fuente de superalimentos ecológicos, tal como subraya Kirsten Heimann, del equipo de investigación de Zhang.
Noticias de la ciencia/12 de febrero 2021